Ahorro energético en comunidades de propietarios: claves prácticas desde la ingeniería


En muchas comunidades de vecinos el gasto energético se ha convertido en uno de los capítulos más pesados del presupuesto anual. Ascensores, iluminación en garajes y portales, calefacción central… todo suma. La experiencia me dice que, con una gestión adecuada y algunas mejoras técnicas, se puede reducir este gasto en porcentajes muy significativos, en algunos casos entre un 20% y un 35%.

Como ingeniero industrial, quiero repasar algunas de las medidas que más impacto tienen en este tipo de edificios, siempre con un enfoque práctico y basado en normativa y datos reales.


Empezar por una auditoría energética

No podemos mejorar lo que no medimos. La auditoría energética es la herramienta básica para entender cómo consume un edificio. Permite detectar desde pérdidas en calderas hasta sobrepotencias contratadas en la factura eléctrica.
En comunidades de tamaño medio, este diagnóstico suele descubrir ahorros potenciales del 15-25% sin necesidad de grandes inversiones, simplemente ajustando lo que ya tenemos.


La iluminación: un clásico que nunca falla

Los pasillos, portales y garajes suelen estar iluminados muchas horas al día. Si todavía se usan bombillas convencionales o tubos fluorescentes, el salto a LED es inmediato:

  • Consumo hasta un 80% menor.
  • Vida útil mucho más larga, con menos mantenimiento.
  • Posibilidad de añadir sensores de presencia o temporizadores.

En comunidades en las que se ha hecho este cambio, el ahorro en electricidad se ha notado en la primera factura.


Ascensores y bombas: los grandes olvidados

Los ascensores representan fácilmente un 5-10% del consumo eléctrico del edificio. Los modelos antiguos sin variadores de frecuencia son auténticos devoradores de energía. Hoy en día, modernizarlos permite recuperar energía en cada frenada y optimizar su consumo.

Algo parecido ocurre con las bombas de agua para abastecimiento o calefacción: instalar variadores de velocidad evita que funcionen siempre al 100% de potencia, lo cual supone un ahorro considerable y un menor desgaste.


Calefacción central y ACS: el mayor potencial de ahorro

En comunidades con calderas centralizadas, la eficiencia depende mucho del estado de la instalación:

  • Las calderas de condensación consumen entre un 20 y un 25% menos que las antiguas atmosféricas.
  • Aislar tuberías y depósitos reduce pérdidas de calor.
  • La instalación de repartidores de costes, obligatoria en muchos casos, ayuda a que cada vecino pague según lo que realmente consume.

He visto casos en los que, solo con la sustitución de la caldera, el retorno de la inversión se lograba en 4-6 años.


Apostar por el autoconsumo solar

La normativa actual (RD 244/2019) permite el autoconsumo compartido, es decir, que varios vecinos se beneficien de una misma instalación fotovoltaica. En comunidades con tejado disponible, los paneles solares pueden cubrir hasta un 30% del consumo de zonas comunes (iluminación, ascensores, garaje…). Además, existen subvenciones autonómicas y deducciones fiscales que mejoran la rentabilidad.


Gestión continua: no vale con hacer una sola inversión

El ahorro energético no es solo cuestión de cambiar una caldera o poner LED. Lo más eficaz es implantar un sistema de gestión:

  • Monitorizar consumos cada mes.
  • Revisar contratos eléctricos.
  • Mantener los equipos en condiciones óptimas.

Con este enfoque, los ahorros se mantienen en el tiempo y el edificio gana en eficiencia año tras año.


Conclusión

Las comunidades de propietarios tienen un enorme potencial de ahorro energético. No hablamos solo de reducir la factura: mejorar la eficiencia significa también aumentar el confort, repartir gastos de forma más justa y revalorizar el inmueble.

Dar el primer paso —encargar una auditoría, revisar la iluminación o plantear una instalación solar— puede marcar la diferencia entre un gasto descontrolado y una comunidad que gestiona su energía de manera eficiente y responsable.